Gabriel, el chico hípster de siempre, con su cabello revuelto y las camisas de

tartán, después de ir y venir en un año de muchos amores, ya podía sentirse

relajado, respirar más tranquilo y permitirse sonreír habiendo aceptado lo

que le gustaba y a quién amaba. Se sentía más a gusto consigo mismo al

quitarse tantos prejuicios y preconceptos de encima.

¿Había sido necesario pasar por tanto? ¿Sus decisiones habían sido las

mejores? ¿Mejores para quién? ¿Y sus amigos... estarán felices por él?

Dentro de la banda siempre existieron conflictos, egos y malos recuerdos.

¿Pero tan importante era el bienestar de Gabriel como para que los rockeros se

sintieran obligados a modificar sus actitudes?

Sumado al universo de sensaciones del que era ignorante, en donde existían

palabras, frases y miradas ofensivas, ¿qué otro obstáculo se presentaría en la

vida de Gabriel para que se sienta vulnerable ante la nueva realidad que lo

rodeaba?

¿Qué lo llevó a Gabriel a que uno de los mayores obstáculos tuviera nombre

y apellido, y que fuera el mejor amigo de su pareja?